Consumir productos en la calle es un riesgo inminente para la salud

Pese a los esfuerzos del Municipio de Loja en no permitir las ventas informales, a través de controles permanentes, más allá de la obstrucción de la vía pública que generan los comerciantes, lo que está en juego es la salud de los ciudadanos. Consumir en la calle trae consigo innumerables enfermedades.

A simple vista un cevichocho, una espumilla, humas, tamales, frutas o cualquier alimento que se oferta en la vereda, parece inofensivo pero las bacterias arrastradas por el polvo y la manipulación sin guantes es alarmante.

Enfermedades

Liliana Carrión, médico familiar del Centro de Salud Nro 1, manifestó que el 5% de pacientes que llegan hasta este espacio, son en su mayoría niños y adolescentes con infecciones contraídas por ingerir alimentos en la calle.  

Para la galena,  toda comida que no cuenta con medidas higiénicas siempre son riesgo de contaminación que derivan en parasitosis como en afecciones intestinales.  

“Por ejemplo, un cevichocho es preparado al aire libre donde existe polvo, no hay protección con guantes y manipulan tanto la comida como el dinero, no es aconsejable consumir estos productos”, señaló.

La ciudadanía debe verificar que los alimentos sean bien procesados, con las medidas higiénicas necesarias y cuente con un valor nutritivo que aporte a la salud.

Liliana Carrión, agregó que dentro de las Unidades de Salud se ha coordinado con el Municipio  a fin de prohibir que se permita la venta ambulante fuera de los establecimientos educativos.

Riesgo

Y es que son los propios informales los que aseguran que laboran bajo normas insalubres. Víctor Loján se dedica al expendio de cevichochos en exteriores de escuelas y colegios de forma diaria. Aseguró que prepara este alimento al aire libre sin la utilización de aguantes. “Tratamos de no meter mucho la mano al momento de servir. Andamos con un limpión”, dijo

Trabajo

Con la finalidad de garantizar el buen uso del espacio público, los controles son permanentes. La venta informal no está permitida y deben acogerse a la normativa municipal.

Cada vez que personal de la Policía Municipal cumple operativos, "las aparentes víctimas resultan ser los informales, situación que es errónea, pues son ellos quienes a través de la fuerza se niegan a ser retirados del lugar y se producen altercados", menciona Juan Pablo Guerrero, subcomandante de la Policía Municipal.

Precisamente, el lunes último a eso de las 17h30 en la calle Mercadillo entre la 18 de Noviembre y Bolívar, mientras elementos de Seguridad Municipal y Servicios Públicos realizaban el desalojo de personas que expendían humas y tamales en la vereda, un ciudadano provocó incidentes.

Atendiendo una denuncia de la ciudadanía "nuestro personal procedió a retirar la olla y el dueño presentó resistencia, por lo cual, se lastimó sus dedos. Este ciudadano incluso trató de agredir a nuestros elementos y se actuó en conjunto con las comisarías de Ornato e Higiene”, comentó Guerrero.

En el lugar la gente, como es normal en estos casos, se puso a favor del vendedor informal.

En ningún momento, la Policía Municipal agredió al comerciante, tan solo cumplieron con el retiro del producto que estaba vendiendo de forma ilegal en el sector, aclaró.

Guerrero conminó a la solidaridad de la comunidad para con la Policía Municipal en la misión de ordenar el espacio público e hizo un llamado a verificar en qué condiciones sanitarias venden  productos en la calle, puesto que no tienen ningún control por parte de Comisaría de Higiene.