Ser el respaldo para las personas que más lo necesitan es uno de los objetivos del Patronato de Amparo Social Municipal y desde esa perspectiva trabaja en el campo social atendiendo a niños, jóvenes y adultos mayores.
Uno de los ejemplos vivos de esta ayuda social es Maira Parra, mujer luchadora que no se deja derrumbar a pesar de su enfermedad terminal. Hace tres años le diagnosticaron un tumor de mama y el cáncer cubrió sus huesos.
Lo primero que se le vino a la mente al enterarse de su enfermedad fueron sus tres hijos en especial su bebé de cinco años. Aunque se pone fuerte es imposible verla llorar por el temor que algún día sus retoños van a quedar sin progenitora.
Mientras se dialoga con ella revela la situación crítica en la que se encontraba puesto que el papá de su niña tampoco tenía trabajo para sostener la familia. Dice que golpeó muchas puertas y visitó varias instituciones sin tener resultados alentadores, fue entonces que visitó el Patronato de Amparo Social Municipal que, a través de sus técnicas, se ha convertido en el soporte para no decaer.
Los ojos se le llenan de alegría al pronunciar las ayudas que le ha dado el Patronato. Le donó kits escolares para sus tres hijos y a su esposo, a través de la Trabajadora Social, se le ayudó con trabajo en la empresa Hidalgo e Hidalgo que se encarga del proyecto de Regeneración Urbana.
Maira Parra agradece al alcalde José Bolívar Castillo y a la presidenta del Patronato Tania García, por las muestras de respaldo que no han cesado.
Relata que la técnica Maritza Fernández siempre está pendiente de ella y su familia, dándole apoyo, colaborando con la alimentación e incluso con ropa. Pide que esta ayuda no termine y continúe replicándose con las personas más necesitadas.
En la actualidad Maira está en tratamiento y se siente mejor. No deja de agradecer a Dios y por existir organizaciones solidarias como el Patronato de Amparo Social Municipal que cobijan al ser más necesitado.
“Con el apoyo y trabajo dado al papá de mi niña pudimos sobresalir. Tenemos para comer, pagar el arriendo y continuar dándoles los estudios a mis hijos porque los iba a retirar”, relata.
Invita a las personas que están diagnosticadas con esta enfermedad a luchar, no deprimirse porque la tristeza consume más al ser humano e incita sobre todo a creer en Dios.