El Municipio de Loja a través de la Unidad Municipal de Agua Potable y Alcantarillado UMAPAL, entregó formalmente a la comunidad de Yangana la planta de tratamiento de aguas residuales, en el marco de las festividades por los 107 años de vida política.
La planta de tratamiento construida en la parte baja de la zona urbana permitirá completar el ciclo de uso del agua, eliminar la contaminación de los ríos y ofrecer a la ciudadanía un nivel de vida saludable.
La moderna infraestructura sanitaria es construida en acero norma ASTM A-36 espesor 6mm, con sus componentes mecánicos, hidráulicos, eléctricos y de control, su costo es de 127 mil dólares y beneficiará a 800 personas del centro parroquial.
Janeth Ordoñez, responsable de la planta, indicó que las aguas servidas ingresan a una filtración primaria donde se retienen los sólidos como telas, pañales y todos los sólidos gruesos que vienen desde los domicilios.
Luego pasa a una sedimentación, posteriormente a la aireación, aquí las bacterias degradan lo que es la materia orgánica para luego pasar a un clarificador de media donde seguidamente el agua sale descontaminada.
El líquido clarificado se pone en contacto con el cloro con una dosis sumamente baja para no intervenir en el riego.
“Esta agua puesta en contacto con el cloro es enviada a un cuerpo de agua dulce como es el río”, dijo.
Se debe indicar que el agua que ingresa al afluente cumple con las normas medioambientales, por tanto puede ser reutilizada para cualquier fin agrícola.
Esta fue una aspiración muy ansiada por la población del centro de la parroquia que hoy se hace realidad, dijo Geovanny Samaniego, presidente de la Junta Parroquial de Yangana,
“Para nosotros fue una cara aspiración contar con esta planta de tratamiento que permite descontaminar las aguas de nuestro río. El mejor homenaje que se le puede hacer a Yangana es entregándole obras gracias al esfuerzo económico y humano del Municipio de Loja y el gobierno parroquial”, dijo la autoridad parroquial.
El trabajo realizado es por la salud y el bienestar de cada uno de los habitantes del centro parroquial, concluyó.