Nació en Loja el 3 de Febrero de 1913. Fue hijo de un médico norteamericano que trabajaba en las minas de Portovelo y de la lojana Rosa Riofrío. Desde muy joven vivió en Guayaquil con su madre y hermanos, luego viajó a Quito para inscribirse y estudiar en la Escuela de Bellas Artes.
Su primer trabajo como pintor y naturalista lo efectuó en una de las paredes de la hacienda "La Granja", propiedad de Benjamín Carrión. El gran maestro de las artes plásticas conquistó fama continental por notables obras como: Los Guandos, El Obrero Muerto, La Hora obscura, La Muda de la flor, Mundo sin respuesta, entre otras.
Participó en muchísimas exportaciones y galería de arte en algunas partes del mundo. Por su brillante carrera se hizo acreedor a los premios: el Carbonero, Gabriela Mistral y Eugenio Espejo. Kingman es el pintor de las manos, a decir de sus colegas y entendidos en el arte. Nadie como él supo encontrar en ellas, toda la simbolización de los más variados sentimientos humanos: angustia, ternura, piedad, ira, impotencia e injusticia. Su profundo humanismo irrenunciable compromiso de luchador incansable por las nobles causas a través de la denuncia de su arte visual, concebido desde una conceptualización filosófica y percepción existencialistas de signo trascendente y reinvindicador de la dignidad de derechos y libertades del ser humano, es reconocido también. Murió el Jueves 27 de noviembre de 1997, a los 84 años de edad.