Con el fin de hacer el cierre técnico del relleno sanitario la municipalidad ha emprendido en acciones inmediatas que permitan continuar con el mismo hasta que se reubique.
El municipio debe construir una celda emergente para un periodo de tres años hasta que esté listo el nuevo relleno que sería lejos de la urbe, cumpliendo con las normativas exigidas por el Ministerio del Ambiente, que dispone que estos sitios se ubiquen a 10km del área de influencia.
Jhonel Ramírez, responsable del relleno sanitario, señaló que incluso se debe crear una ordenanza de uso de suelo para que la población no construya cerca al relleno y se respete ésta área. "Hay que evitar que suceda lo que ahora estamos pasando, cuando se creó esta infraestructura en el año 1996 estaba alejada de la urbe, sin embargo ahora tenemos ciudadelas alrededor".
Una comisión técnica institucional inspeccionan los posibles sitios en donde se construiría el relleno, a la vista tienen tres alternativas: una que es vía a Catamayo, otra vía a Chinguilanchi y una tercera opción es vía a Chuquiribamba. Estos lugares cumplen con las normativas ambientales, económicas y sociales.
Para el alcalde José Bolívar Castillo, hay que retomar la clasificación de la basura y "devolverle al relleno las condiciones necesarias para hacer un buen manejo de los desechos sólidos, ya que toda ciudad cuenta con un relleno sanitario y Loja no es la excepción, más cuando fuimos ejemplo para varias ciudades".
Este año se realizarán los estudios y diseños del cierre técnico del relleno, así como la construcción de la celda emergente que permitirá continuar con la clasificación de la basura.
A decir de Ramírez, a este trabajo hay que añadir los estudios y diseños de la nueva planta de lixiviados que ya están listos y fueron realizados por la Universidad Técnica Particular de Loja.
El área del terreno del relleno sanitario es de 46.5 hectáreas de las cuales 7 están ocupadas por las cuatro áreas como lombricultura, planta de reciclaje, celda de bioseguridad y el área de disposición final.