Luego de la colocación de los sistemas de iluminación en las canchas deportivas de nueve barrios de la ciudad de Loja, estos se han convertido en espacios de integración y esparcimiento, toda vez que durante las noches la juventud y personas adultas, practican diversas disciplinas deportivas e inclusive realizan bailoterapia.
Estos sectores que antes eran inseguros hoy son un punto de convergencia para la integración de sus moradores, explica Fidel Sigüenza, presidente del barrio Balcón Lojano, quien participó del acto de inauguración oficial del proyecto de iluminación, que se realizó en el barrio San Cayetano Bajo, la noche del miércoles 30 de septiembre.
Para Remigio Pilco, presidente del barrio San Cayetano Bajo, la iniciativa generada por el Municipio de Loja de iluminar los espacios recreativos es fundamental, porque se apoya a la juventud y a la seguridad de los barrios. Agradeció a la primera autoridad del cantón por contribuir con los sectores alejados del centro de la ciudad, con obras que benefician a todos sus moradores. Dijo que en sus canchas iluminadas realizarán bailoterapia durante las noches, con la finalidad que los habitantes del sector se ejerciten luego de sus jornadas laborables.
Daniel Carrión, jefe de Promoción Popular, en representación del Alcalde de Loja, inauguró oficialmente la obra e hizo una reseña de lo vivido en la Posta de la Lojanidad del año anterior, cuando no había luz en estos espacios y era dificultoso compartir entre los vecinos. Agradeció a los presidentes de las Juntas de Desarrollo Barrial y a sus moradores por comprometerse en estos proyectos y empoderarse del trabajo que realiza el municipio de Loja en beneficio de quienes viven en estos sectores.
Los barrios beneficiados son Monte de los Olivos, El Paraíso, Clodoveo Jaramillo, San Cayetano Bajo, El Recreo del Valle, Esteban Godoy, Las Peñas, Balcón Lojano y El Rosal.
El costo de las luminarias supera los 45 mil dólares, provenientes de la tasa de seguridad ciudadana, que los lojanos cancelan en sus planillas de agua potable, es decir dos centavos de dólar por metro cúbico consumido.