Una buena aceptación ha habido a las asambleas, por parte de los presidentes de los Gobiernos Parroquiales del cantón Loja, para la elaboración del presupuesto participativo del año 2020. Funcionarios municipales y dirigentes parroquiales priorizaron las obras más apremiantes en cada lugar.
Martha Sánchez, jefa de proyectos del Municipio de Loja, explica que para determinar el presupuesto participativo se considera el gasto de inversión asignado por la Dirección de Presupuesto para distribuirla en la ciudad y parroquias.
El techo presupuestario para las parroquias rurales es de un millón trescientos cuarenta y tres mil que es distribuido para las trece parroquias. Las reuniones iniciaron el 10 de septiembre.
A fin de ser equitativos y atender todas las demandas para asignar el presupuesto de cada zona se considera la población, superficie, necesidades básicas insatisfechas y la tasa de analfabetismo.
En el segundo día de recorrido las reuniones se realizaron en Gualel y El Cisne, priorizando en esta última parroquia la regeneración urbana del centro parroquial que comprende la plaza central y las calles Harry Morales, Ricardo Fernández y Napoleón Quezada.
En tanto que las autoridades de Gualel solicitaron estudios y construcción de la planta de aguas residuales del barrio El Ari y la construcción del sistema de agua potable del sector Bahín.
El jueves 12 de septiembre la comitiva llegó a Santiago y Jimbilla, Mery Montoya, presidenta del Gobierno Parroquial de Santiago, destacó la importancia de estas asambleas para conocer las necesidades de la población y entre ellas escoger las de mayor emergencia.
En el cuarto día de recorrido llegaron hasta Quinara, Yangana y Vilcabamba. En Quinara se priorizó la construcción de la planta de tratamiento de aguas servidas del barrio La Palmira y el mejoramiento de agua potable de Sahuayco.