El proceso de potabilización de agua requiere un tratamiento específico dependiendo de las condiciones de turbiedad del agua cruda que ingresa a las plantas de tratamiento. En cada planta hay un laboratorio en donde se miden los niveles de agua cruda y luego de un tratamiento se distribuye.
Janeth Ordóñez, responsable de la planta de agua Carigán, señala que toda el agua cruda se somete a una prueba que da las condiciones a las que debe ser sometida y la dosificación de químicos depende de las características que presente la misma.
Por ejemplo, si el agua presenta colores superiores a 30 y turbiedad mayor a 5 debe ser dosificada con cal y sulfato de aluminio, además de otros elementos que son indispensables para la desinfección.
Todo el proceso está controlado por el laboratorio desde que ingresa el líquido a la planta se toma la primera muestra y cuando se distribuye también se mide los niveles de pureza con la que sale a las redes de distribución.
El control del agua se hace las 24 horas del día en las plantas, además se da mantenimiento a las líneas de conducción con cuadrillas de trabajadores que de forma permanente recorren estos sitios, argumentó Ángel Rentería, subdirector de la Umapal.