El prolongado estiaje que se vive en la hoya de Loja dificulta el normal abastecimiento de agua potable a la población, sintiendo los efectos los habitantes de la parte suroccidental de la ciudad.
El jueves 3 de octubre se notó una reducción considerable en las plantas de tratamiento Pucará y Curitroje, pues el caudal que ingresa no alcanza para cubrir la demanda del servicio.