La Ciudad de Loja se caracteriza en sus área suburbanas por estar circundada de varias quebradas profundas que dividen a los barrios y obligan a que la circulación de los mismos toda converja hacia cuellos de botella de articulación urbana como es el caso de la urbanización en la Avenida Eduardo Kigman.
Se observa un vaso profundo de unos 30 a 40 metros de profundidad que permite generar una escombrera denominada El Rosal que mantiene una longitud de setecientos metros y el plazo para culminar esta obra es de cuatro meses aproximadamente.
En ella se depositará los materiales restantes de construcción y se rellenará la quebrada, esto permitirá la articulación y la circulación de las urbanizaciones que se encuentran hacia el sur como Los Rosales y al norte con Yahuarcuna y en la Avenida Alisos que se encuentra en la pavimentación de las vías se generará un eje vial muy importante que permite la interconexión de la Ciudad con el eje vial cuatro.
Se construye un desagüe de fondo que tendrá un metro veinte de diámetro, la obra redondea los 300.000 dólares; además se aprobó la ordenanza para que los ciudadanos que deseen botar los escombros paguen una taza de uno diez por metro cubico, de esa manera funcionará la escombrera y se manejará debidamente los escombros de la Ciudad.